El género begonia cuenta con más de mil especies. La mayoría son originarias de zonas tropicales o subtropicales de América, Asia y África.
Sus especies pueden clasificarse según sus raíces o la morfología de la planta. De acuerdo a ésta última podemos hablar de tres tipos:
- Begonias arbustivas, a las que pertenece la Begonia corallina. Éstas pueden alcanzar los dos metros de altura.
- Begonias de hoja, a las que pertenece el híbrido Begonia rex. El dibujo que muestran sus hojas es su mayor atractivo.
- Begonias de flor, a la que pertenece la begonia común. Nos referiremos a éstas en el resto del post.
Son plantas herbáceas con tallos acuosos. Sus hojas son asimétricas y su forma al igual que la de la sus flores varia de una especie a otra. En el caso de la begonia común sus hojas tienen forma de corazón y son grandes comparadas con el tamaño de la flor. Ésta florece en distintas tonalidades: naranjas, rosas, rojos y amarillos.
Cultivo y cuidados
Pueden plantarse a partir de semillas, pero es un trabajo más tedioso comparado con los esquejes, que es el método más empleado. El mejor momento para plantar es después de que termine la floración.
La tierra de la begonia debe estar húmeda, con este fin podemos regarla a diario en la temporada seca y una o dos veces a la semana durante el invierno. Agradece que el terreno sea rico en nutrientes, esto podemos conseguirlo abonándolo con fertilizantes específicos, ya sea en el agua del riego o directamente en el suelo. Si queremos favorecer la floración nos interesa utilizar el fertilizante en el riego cada quince días una vez que hayan brotado las flores.