Esta forma no es arbitraria, cada una de las partes es un símbolo.
Ikebana para muchos es solo una forma de arte floral, pero surge en la tradición japonesa como ofrenda a Buda en la que se representa la relación entre la tierra, el cielo y el hombre. Actualmente, ha perdido su significado religioso y se considera una forma de meditación con la que se manifiesta un profundo respeto hacia la naturaleza.
Su práctica ha de ser en silencio, creando un espacio destinado a apreciar las sutilezas de la naturaleza.
Por otra parte, estas composiciones florales son una manera de reflexionar sobre el paso del tiempo. Sus elementos son todos naturales y según cuales sean estos y como se organicen sirven para representar una u otra de las cuatro estaciones.
Las composiciones de Ikebana confieren más importancia a las líneas del arreglo floral, a la inclusión de otros elementos como tallos, hojas o ramas y no dan mayor protagonismo a las flores, si no a la combinación de todas sus partes.
Con el paso del tiempo han surgido varias escuelas de Ikebana, cada una de ella con unas características y simbologías propias. Las principales son las siguientes: Koryu, Ohara, Sogetsu, Rikka, Shoka, Nageire y Moribana. También existe el Zen´ei ikebana, una forma nueva de hacer Ikebana, consiste en un estilo libre en el que se incorporan elementos nuevos como plástico o cristal y las composiciones son expresiones totales de creatividad que no sigue ninguna los principios del resto de escuelas.
A pesar de las diferencias existentes entre las escuelas previamente citadas, todas comparten unas características comunes que hacen que todas sean Ikebana.
Todos los arreglos cuentan con tres líneas principales que forman un triángulo y simbolizan el cielo, el hombre y la tierra.
La línea más importante es la correspondiente al cielo, es por ello con frecuencia el tallo más fuerte. La siguiente en orden de importancia es el tallo que simboliza el hombre, debe ser de menor altura que el primero y estar inclinado. Por último, el tercer tallo que corresponde con la tierra es el más corto y está colocado estratégicamente junto con el resto de manera que los tres parezcan un tallo único. Se pueden añadir flores a ésta estructura, pero lo más relevante es la apropiada colocación de los tallos.
La extensión de este arte floral es tal que existe una asociación internacional de Ikebana. Su sede se encuentra en Tokio y cuenta con delegaciones en más de 60 países.